Uno de los posibles inconvenientes de darse de alta en un servicio de alojamiento compartido (shared hosting) es como su propio nombre indica, que compartimos los recursos con el resto de usuarios de la máquina, y entre esos recursos está la IP.
Esto dependiendo de la política de servicio del proveedor nos puede llegar a perjudicar, por ejemplo si el proveedor permite el uso del alojamiento para servir contenidos para adultos vamos a compartir nuestra IP con dicha página. Algo que según comentan los especialistas del tema puede perjudicarnos cuando los buscadores nos indexan, y además estos sitios son muy dados a enviar spam.
Y aunque seguro que cualquier proveedor hoy día prohíbe explícitamente el uso de sus servidores para el envío de spam, no siempre tienen porque darse cuenta de un mal uso si nadie lo ha denunciado.